lunes, 10 de agosto de 2009

tan natural, casi casi como una sonrisa




Puede que sea idiota, y también un poco payaso. Que quizás a veces no diga más que tonterías, o peor (o mejor) aún, que las haga. Que puede ser que sea más adicto a dar(te) sorpresas, que a recibirlas. Que hable mucho y diga poco, que hable poco y diga mucho. Que deje de lado la marihuana, y encuentre mi droga entre tu aliento y tu sonrisa. No es fácil ser como soy, ser como somos, pero lo es un poco más cuando improvisas como hago yo. Que veinte años se tienen sólo una vez, y es el momento de que te den igual muchas cosas, y de valorar las pequeñas cosas. Que si sales a la calle despeinado, que si vas a trabajar sin dormir en toda la noche, que si te emborrachas un domingo, que si me agujereo un poco más, que si un poco más de tinta por la piel, que si me pego siete horas tirado en el césped, que si te llevo de picnic a las tres de la mañana, que si una guerra de globos a las cinco de la tarde, que si te robo un beso, que si cojo el coche y me pierdo contigo...

Nuestra generación es criticable, es posible, pero vivimos cada día, y cuando nos falta el cariño es como si nos faltara el aire. En el bus "Señora, no me empuje", no soy ningún delincuente, doy respeto a quien se lo merece, pido perdón, doy las gracias, perdono los errores, olvido el odio, me fascino con los que se pasaron la vida luchando, esos superhéroes anónimos, si, como mi padre; escribo sin sentido, sin tema, sin argumento, solo escribo lo que me asalta la cabeza en noches como esta, de esas vacías de sexo, secas de alcohol y escasas de sueño, de esas en las que tu cama se te hace ancha, y el ventilador del techo no te deja conciliar el sueño mientras te entran sudores pensando en sus piernas (Uf, no es un buen mes para pensar en eso). Me encanta escribir frases así, frases largas, con las que te acaba faltando el aire, con las que con el final olvidas el principio.

Y escribo tantas palabras cuando realmente solo quería decir lo que añoro sus besos, y eso que nunca he sido de los de dar rodeos, me han gustado más los atajos, ser directo, plantarte un beso sin darte tiempo a apartarte, que quizás sea menos romántico, pero es mucho más efectivo, al menos si vas con dos whiskys de más, como aquella noche de febrero, si, esa noche de no llevar abrigo y de fotos mirando al techo.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

:) como la tuya entonces ;)

No soy un Concepto. dijo...

pero que manera de expresarseeeee





seguidora sere...

Erev dijo...

Me gusta tu "autorretrato".

Anónimo dijo...

Me ha encantado, sencillamente. Ojala pudiera conocer a alguien como tu, o al menos semejante.

Saludos.