domingo, 27 de septiembre de 2009

Nerudeando



Dice.. ¿cómo se llama el pájaro amarillo que lleva limones a su nido? Em... ¿cómo se reparten el sol las naranjas en el naranjo? ¿Es el mismo fuego, quiero decir... es este el mismo sol de ayer o es otro fuego el fuego de su fuego? ¿Y cómo se llama ese cóctel que mezcla vodka con relámpagos? ¿Me lo puedes decir? Yo no lo sé tío... Parece ser que sólo lo sabía don Pablo.

domingo, 20 de septiembre de 2009

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Eres tan grande que ni siquiera en el menos profundo de tus suspiros, soy capaz de hacer pie.

viernes, 11 de septiembre de 2009

S de Siempre




Siempre que me acuerdo de tí, me suele caer una lágrima, y tres segundos después te dedico una sonrisa. No suelo mojar mucho las pestañas, y me gusta que si lo hago, sea por algo realmente que merezca la pena. Una de mis teorías es que cuando lloras, limpias el alma, y que lo que cae por las mejillas tiene sabor salado porque lo realmente dulce que habita en el alma, está demasiado dentro de ella como para salir. A veces está bien llorar, como la sal en las comidas, en pequeñas dosis. A mí me hace sentir vivo, que aunque parece una tontería, en los tiempos de hoy en día, no suele sentirlo mucha gente muy a menudo. Está bien tener el alma limpia, a lo largo de la vida hay demasiadas cosas que no pueden habitar en el alma un periodo largo de tiempo, algunas hacen daño, otras sin embargo te hacen no mirar hacia delante, otras se pudren, otras crecen demasiado, otras pasan de ser saladas, a ser agrias... Y por otro lado, hay otras cosas, que siempre viajan contigo, y resulta curioso, que muchas veces a pesar de que sabes que las tienes, no eres capaz de explicarlas. Las sensaciones no se suelen poder explicar fácilmente, nisiquiera con palabras. Supongo que tú eres una de esas sensaciones, y aveces gritas, y otras me aconsejas, y en cambio en otras ocasiones me preguntas como está ella, y me dices que la cuide, que la quiera, que viva, y que me asegure de que sonría. Y la verdad, no sé porque, pero siempre me he sentido en deuda contigo, y es algo que me llevaré conmigo para los restos.
Hoy he vuelto a sentir tu sensación, hace un año dejamos de ver tu sonrisa, dejamos de sentir tus abrazos, y tus ganas de vivir. Si, son cosas que nunca van a volver, vale; pero realmente lo importante de todo no es que no vuelvan, sino que lo verdaderamente esencial es que son cosas que nunca se van a ir.


S de Sergio. S de Siempre.