sábado, 6 de noviembre de 2010

Y no dejar que el tiempo nos separe.




...21. No voy a contar nada nuevo... Espero que sigas sonriendo a quemarropa a los problemas, céntrate en vivir ahora, este segundo, esta decisión; va rubia, izquierda o derecha, blanco o negro -o quizás gris-, el vaso medio lleno o medio vacío, y no lo de ayer, porque sea lo que sea, para bien o para mal, es imposible cambiarlo. El otro día estuve pensando sobre eso, lo bueno y lo malo que nos llega a pasar, lo bueno tiene que ser recordado para que salga a flote, quizá porque esté muy bien guardado, lo malo siempre está presente, se queda pegado en las paredes del corazón y es dificil quitarlo sin un buen disolvente. Yo desde hace un buen tiempo utilizo whisky con sonrisas, no sé si será muy efectivo, pero a mí me funciona. Nuestra memoria tiene tendencias suicidas, y siempre da mayor fuerza a lo malo que a lo bueno.

Pero sobretodo lo que más ayuda es tener alguna estrella a donde mirar. Yo tengo varias, tú eres una de ellas. Son aquellas que aportan las sonrisas de la mezcla que te he contado, la del whisky. Bueno, realmente el whisky solo es para darle un poco más de emoción, realmente lo que valen son las sonrisas. Las sonrisas de tus estrellas.

No sé si tú ya tendrás alguna, me jugaría el cuello a que sí, pero yo quiero serlo también. No sé como conociéndonos de la forma en que nos conocimos, hemos llegado a esto. Supongo que son de las sorpresas que te da la vida, aquellas que piensas el típico "quién me lo iba a decir a mí hace x años..." y llega ese precioso momento de no acordarte desde hace cuando nos conocemos. Cuando pasa eso, la reacción típica es sonreír y decir "mucho, mucho tiempo". Supongo que es muy bonito llegar a perder la noción del tiempo y seguir unidos.

Por eso estoy aquí, para decirte siempre lo que pienso y no lo que quieres oír. También para sonreír contigo. Compartir lo que te haga feliz. Evitar que explotes entre silencios. Incluso cuando obres mal, y hagas tonterías, o vuelvas a caer en errores. Yo no me voy a ir. Yo fui el primero de los dos en cometerlos y no sería consecuente abandonar por lo que tú no abandonaste.

No sabía muy bien que regalarte por tu cumpleaños, así que mi regalo puede resumirse en "no dejar que el tiempo nos separe". No he encontrado nada mejor, aunque tú mereces mucho más. También puede considerarse un regalo para mí mismo, hacía tiempo que no me sentaba a escribir nada que merezca la pena. No sé si realmente esto la merece, pero la intención sí, merece mucho la pena.